✨#27 Sobre sueños y pesadillas
Hace unos meses, tuve unas semanas en las que todas las noches tenía pesadillas. Pero no de esas de Freddy Krueguer o zombis, sino de las de angustia y querer despertarse cuanto antes. Te cuento:
Contexto #27
A finales de agosto, todas las noches tenía pesadillas. Había una sensación de angustia, de querer escapar y no poder, de ambiente denso y turbio. Un agobio importante. No estaba pasando por una época especialmente turbulenta, pero vete tú a saber, esto de los sueños y sus mensajes subyacentes pueden ocurrir a posteriori si quedan cosas no resueltas.
El caso, no voy a dar muchos más detalles, que por aquí hay mucha gente que sabe y a ver si me vais a interpretar algún sueño y me sale un trauma nuevo, y no tengo tiempo para nuevos traumas (jajaja) PERO me puse a leer y a investigar acerca de los sueños y las pesadillas y hoy te lo quiero compartir.
Sueños y sus mensajes
Interpretar los sueños, descifrarlos, buscar mensajes ocultos o entender qué pasa en nuestros cerebros no es algo nuevo. Todas las culturas desde la grecorromana hasta Freud y Jung de manera más reciente han puesto gran empeño en esta fascinante tarea. Te doy un dato más, fue en 1879 cuando Wilhem Wundt fundó el primer laboratorio de Psicobiología para estudiar la relación entre la actividad onírica y la fisiología del cerebro y se centró sobre todo en los estados anormales de la conciencia, especialmente las alucinaciones, la depresión, la hipnosis y los sueños.
Lo que sabemos 144 años después
Todo lo relacionado con el sueño y los sueños es un área tremendamente compleja de estudiar y sinceramente, es un poco jaleo (ya te lo adelanté en la newsletter #10 El jaleo de dormir). Nuestros sueños y pesadillas son creaciones de la mente que ocurren durante las fases no REM y REM (del inglés, movimiento rápido de los ojos- Rapid Eye Movement). En la fase REM, nuestro cerebro es mucho más activo y es durante este período cuando se producen la mayoría de los sueños vívidos y los que somos capaces de recordar. Los estudios con resonancia magnética funcional (fMRI) han demostrado que áreas como la corteza prefrontal, el hipocampo y el tálamo están implicadas en la formación de los sueños. De hecho, se sabe que ciertas zonas tienen una actividad metabólica mayor durante la fase REM que en el estado despierto como las que ves remarcadas en amarillo en la imagen de abajo del estudio de 2005. El aumento de la actividad metabólica es un reflejo de su gran actividad.

Pesadillas idiopáticas (¡ojo, palabro!)
Las pesadillas idiopáticas son aquellas que tienen un origen desconocido, es decir, que no están asociadas a trauma, epilepsias, drogas u otros motivos. Ocurren de forma normal en la población y supone un grave problema para un 5% de ella.
Las pesadillas pueden ocurrir tanto en fase REM como no REM, aunque son más frecuentes durante la primera. Una de las áreas que aumenta su actividad es la amígdala, nuestra guardiana de las emociones desagradables, de los miedos y de los estados de alerta. Como nuestro cerebro no distingue si lo que estamos percibiendo es un sueño o es la realidad, la respuesta va a ser similar. Es decir, palpitaciones, respiración agitada, aumento del tono simpático (de alerta), etc hasta tal punto que nos hace despertarnos del miedo que estamos pasando. El-ho-rror.
¿Cuál es la función de las pesadillas?
Aunque así de primeras no sea nuestra primera opción, las pesadillas pueden ser “terapéuticas”. Muchos autores afirman que las pesadillas tienen una función de regulación emocional y que los mecanismos para ello son la “desomatización”* (expresión de síntomas a través de emociones), la disminución de la afectividad y la extinción del miedo. *Este mecanismo permite moderar la intensidad de ciertas emociones y que disminuyan los síntomas asociados y fue propuesto en 1970 por Fisher, sobre todo relacionado con episodios de ansiedad. Vamos, que soñar cosas angustiosas reduce tu angustia durante el día. Es lo opuesto a la famosa somatización en la que la falta de expresión de una emoción se traduce en un síntoma. ¿A que ya no ves con tan malos ojos a las pesadillas?
¿Comer queso aumenta las pesadillas?
Buscando información para esta newsletter, he encontrado algunas cosas bastante curiosas. Aparentemente, hay gente a la que determinadas comidas les produce pesadillas. Yo entiendo la asociación dulces-café con el insomnio o los malos sueños, pero con esto del queso aluciné un poco. Esto es lo que he encontrado:
En un estudio del año 2015 se encontró que hasta un 17% de los participantes encontraban una asociación entre lo que comían y lo que soñaban. En el top-3 se encuentran los productos lácteos (quesos), los hidratos de carbono (pasta) y los dulces. Y, en cuarto lugar, se encuentran los pepinillos (yo de pensar en pepinillos ensalivo, no sueño raro…). El 44% de las personas que lograban hacer esta relación comida-pesadillas aseguraba que se debía al queso.
La verdad que nunca me he parado a hacer este tipo de relación comida-pesadillas pero me fijaré a partir de ahora. De todos modos, en este mismo estudio también se advierte del “efecto folklore”, es decir, de la tendencia de percibir una comida altamente asociada a pesadillas si es lo que hemos aprendido en casa, en la familia o en la cultura que nos rodea. Un efecto placebo transgeneracional y transcultural, vamos. Por eso mismo, en este estudio sugieren que la hipótesis del queso esté sesgada también por el efecto folklore. Ya te digo, que yo nunca lo escuché y comía queso y productos lácteos antes de dormir (ahora ya no, pero es una cuestión de alergias que eso sí que es una pesadilla!).
Osea que, a grandes rasgos, podemos decir que los sueños afectan a la fisiología de nuestro cerebro, cambiando el metabolismo de áreas implicadas en cognición y memoria y que esto ocurre sobre todo en fase REM. Además, sabemos que las pesadillas pueden darse en ambas fases y que la actividad de la amígdala toma protagonismo en estos momentos de pánico onírico. Y por último, la ciencia nos cuenta que las pesadillas son nuestra terapia nocturna y que a menos que te lo hayan contado en casa, puedes comer pepinillos antes de dormir (¡menos mal!).
Con esto me despido espero que hasta pronto, no sin antes preguntarte…
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Gracias por llegar hasta aquí.