✨#23 Efecto “ajá” y el cerebro de Newton
Buenas, aquí nuestra última newsletter del año. Espero que te pille con la digestión ya hecha de estos días de excesos de comida, de excesos de vínculos y de excesos emocionales. Todo excesos.
AVISO PARA NAVEGANTES: Antes de empezar a contarte esto de hoy, quiero que quede claro que estoy lejos de ser una persona iluminada, encaminada, inspirada o Buda encarnada, pero te voy a compartir una experiencia, esperando saber si alguna vez has experimentado algo parecido.
SEGUNDO AVISO: Al final del email, te dejo información de un taller que daré el 15 de Enero de 10.30-13.30h en una sala de Madrid. Las plazas son muy reducidas, así que reserva cuanto antes si te interesa.
L'observatrice, la observadora
A principios de este mes fui a visitar a mi hermano a Francia, a una ciudad pequeñita en la que no había estado antes. Mientras él trabajaba por la mañana, me fui a dar un paseo por el centro y a un museo cercano (precioso, por cierto).
Me gusta mucho pasear sola, “perderme” en un sitio nuevo, caminar sin rumbo y mucho más si es en un país donde no controlo el idioma del todo. Me encanta esa sensación por dos motivos:
La necesidad de reclamar un billete de tren por huelga me hizo activar mi hipocampo (nuestro centro de la memoria) para recuperar mi olvidado francés y pedir “el siguiente tren que salga porque yo puedo entender el motivo de la huelga, pero Madame, s’il vout plaît, entiéndame usted también a mí que he madrugado un montón”. Mi poca vergüenza en ese momento también ayudó y lo que antes me importaba mucho (no tener buen acento en francés) ahora pasó a segundo plano.
El segundo motivo, también relacionado con el idioma, es que cuando no escucho castellano a mi alrededor me es muy fácil inhibir o suprimir el sentido del oído y disminuir los estímulos del exterior. Y cuando esto pasa, es sencillamente una maravilla. Te conviertes en la observadora de tu historia, protagonista de tu propia serie de Netflix.
Me ocurrió que, al disminuir los estímulos externos e ir caminando (y ya sabemos los beneficios de caminar) tuve uno de esos momentos de “entendimiento” o “momentos ajá”.
No sé si alguna vez te ha pasado, pero es raro de narices… hay una sensación de disociación del cuerpo, de ralentización del tiempo, de pequeñez y a la vez grandeza, muy raro pero muy placentero y algunas ideas/conceptos caen de la nada y se encarnan y pasan a formar parte de tu cuerpo y de tu experiencia. (Y no, no había tomado nada, nunca he probado las drogas.)
¿A dónde quiero llegar con esto?
Estos momentos de lucidez o como los quieras denominar, no son muy frecuentes en mi caso. Ya me habían pasado anteriormente pero con el ritmo de vida que llevo (llevamos), el ruido, la estimulación constante, las prisas y un largo etcétera, hacía tiempo que no me pasaba.
Garabateé lo que pude en una servilleta de la cafetería en la que me paré a tomar un café y hoy, semanas más tarde, he hecho una búsqueda de artículos para saber qué es, cómo se define esto, qué pasa en nuestro cuerpo y cerebro y para contártelo por aquí (por si también te pasa y te quieres unir al club).
¿Qué dice la Neurociencia?
Estos momentos de revelación o entendimiento se definen como situaciones en las que una persona reinterpreta repentinamente un estímulo, situación o evento para producir una interpretación no obvia y no dominante o no convencional. Esto puede tomar la forma de una solución a un problema (un "momento ajá"), la comprensión de una metáfora, o el reconocimiento de una percepción ambigua como definen en esta revisión del año 2014.
Los momentos de revelación suelen ir asociados a un subidón emocional y para definirlos como tal, tiene que ocurrir una reorganización mental de alguna idea o concepto. Además, se cree que estos momentos de comprensión han sido precedidos por información procesada en el subconsciente y que, con la chispa adecuada (una palabra, un olor, un evento), accede a las capas corticales superiores y se hace consciente.
Supongo que algo así le pasaría a Newton, que el ver la manzana caer fue lo que le llevó a su momento ajá, fue la chispa que detonó ese entendimiento de la gravedad como una fuerza que nos atrae hacia la Tierra y que no nos deja andar flotando por ahí.
El cerebro de Newton
¿Y qué pasó en el cerebro de Newton al ver la manzana? Pues seguramente que su hemisferio derecho se activó mucho más que el izquierdo y tarán!! Apareció su famosa fórmula de la caída libre.
Tradicionalmente se ha asociado el hemisferio derecho a la creatividad, la inspiración y a la asociación de ideas mientras que el hemisferio izquierdo se asocia al pensamiento analítico. Uno de los motivos de esta especialización de los hemisferios es el tamaño de las dendritas de sus neuronas. Las dendritas son una especie de pelitos que tienen las neuronas que sirven para recibir información de otras células vecinas, son como antenitas que van absorbiendo información de alrededor y la van transmitiendo.
Las neuronas de nuestro hemisferio derecho tienen más conexiones con sus vecinas y llegan más lejos. Esto les permite “enterarse” de más cosas y tener una información más variada para posteriormente asociar todo con todo y tener estos momentos “ajá” (Tardif & Clarke 2001).
Además de todo esto, en esas áreas de asociación de nuestro hemisferio derecho, aumenta la cantidad de sangre que llega (ya que las neuronas al estar activas, necesitan más oxígeno) y se disparan las ondas gamma, que son de ritmo muy rápido y ocurren cuando tenemos procesos mentales elevados, alta concentración y cuando ¡bailamos!. Así se vería resumido en esta imagen:
Por un milisegundo compartí esa sensación que debió tener Newton al ver caer la manzana, pero a mí no se me ocurrió ninguna fórmula interesante con la que torturar a los alumnos de segundo de Bachillerato. No puedo poner palabras a lo que comprendí en ese momento, no sé decirte qué concepto o idea reestructuré en mi cerebro, pero sí recuerdo que me dio mucha paz, fuera lo que fuere.
Y con esta sensación me quedo y me despido, deseando que el año que entra venga cargado de mucho de esto. Mucha inspiración, revelación, entendimiento, paz y mucho Leré.
Gracias por haber llegado hasta aquí, gracias de corazón por tu apoyo este año.
PS1: Te dejo la información del taller “Decide desde el cuerpo” AQUÍ. Si tienes preguntas sobre ello, escríbeme. Me encantará verte allí.
PS2: ¡Si crees que esto le puede interesar a alguien, compártelo, que te sale gratis y a mi me ayudas mucho!