✨#22 Diarrea mental y multitasking
¡Hola! Ya estoy de vuelta de mis vacaciones (en verdad, hace ya un rato largo) pero no encontraba la manera de volver a las newsletter y contarte algo interesante. Tenía diarrea mental.
Diarrea mental no es un término demasiado técnico, pero es bastante gráfico y en mi casa lo usamos mucho... También se puede llamar centrifugadora mental, runrún, ruido, bloqueo, exceso de pensamiento o si te gustan los anglicismos: “overworked”. Si alguna vez te ha pasado, al final del email te comparto algunas ideas para frenarlo.
Antes de irme de vacaciones, fui a mi sesión mensual con mi psicóloga y lo único que me salía decirle era la cantidad de ruido que tenía en la cabeza, una actividad frenética que no me dejaba desconectar de ese espacio cognitivo-mental ni un momento: puto multitasking. Esto lo entiende todo el mundo.
Os comentaba en un post que actualmente el estrés está como bien valorado. Si estás estresada, eres una moderna bien. Pues debe ser que yo soy muy moderna… y quiero volver a ser vintage, antigua.
Cuaderno de urgencia
En uno de los múltiples vuelos internos que hicimos en Argentina, sentí la necesidad de vomitar(-me). Para las personas que no me conocéis, yo no puedo vomitar. De pequeña vomitaba mucho (yo no lo recuerdo, obviamente) y creo que gasté todos mis cupones porque ahora no hay manera, a menos que sea por algo vírico o alguna intoxicación chunga. Así que con vomitar-me quiero decir vaciarme, purgarme, limpiarme, descansarme mentalmente. ¡Vaya diarrea mental estaba experimentando!
Estando en el aeropuerto de Buenos Aires, me compré un cuadernito y me puse a escribir y a soltar todo lo que tenía en la cabeza mientras esperábamos nuestra conexión al siguiente vuelo. El boli ardía e iba página tras página soltando palabras, encadenando ideas, dibujando esquemas y proyectos, garabateando listas de cosas que hacer o ya hechas… Pufffffffff qué descanso cuando terminé, de verdad, qué purga tan amable y gustosa. Este es un ejercicio muy simple que se recomienda hacer con frecuencia. De hecho, tengo rachas en las que lo hago de manera continua, como propone mi amado libro “El camino del artista”, de Julia Cameron y en el que este soltar y liberar lo llama las páginas matutinas. Son maravillosas, pero llevaba ya un tiempo sin practicarlo, se me hizo bola y tuve que comprar un cuaderno de urgencia (que muy modernamente fotografié junto con su alfajor correspondiente).
Mis/tus limitaciones
Me jacto muchas veces de ser una persona multitasking, que puedo hacer varias tareas a la vez y cambiar rápido de una a otra. Pues igual soy menos eficiente de lo que me creo… ¡Ups!
Nuestro cerebro tiene limitaciones a la hora de procesar información y estar presentes en varias tareas a la vez. Es más, la mayoría de las personas tenemos una percepción equivocada sobre nuestra habilidad para hacer varias tareas a la vez: inflamos nuestra efectividad y eficiencia a la hora de hacer multitasking. Según un estudio de 2013, las personas que son fisiológicamente más capaces de hacer multitasking de forma efectiva, son las que menos lo hacen y viceversa (ups!). Los resultados de este estudio afirman que la mayor parte de la gente que hace multitasking es porque son menos capaces de bloquear las distracciones exteriores (vamos, yo soy de esas que, sin querer, estoy a mi conversación y a la que tienen dos mesas más allá en una cafetería, y oigo las dos.)
Cuando hablo de “fisiológicamente más capaces” para hacer multitareas me refiero a la arquitectura neuronal que tenemos, a nuestro cableado cerebral. En unas personas es más sólida que en otras (por genética, ambiente, educación). El cerebro humano no está diseñado para hacer varias tareas cognitivas/mentales a la vez sino que cuando hacemos multitasking, en realidad cambiamos rápidamente de una tarea a otra.
¿Responsables de la multitarea?
Tenemos tres protagonistas:
Red de control frontoparietal
Red dorsal de atención
Red ventral de atención
La red de control frontoparietal es la que codifica una tarea y selecciona qué información es relevante para poder hacerla. Después, esta información pasa los filtros de la red dorsal y la ventral para ordenar por prioridades aquellos puntos que necesitan atención y qué información es irrelevante: cuando nuestra atención está enfocada en algo muy concreto, la red ventral se apaga para prevenir distracciones. Osea, que tenemos un triple filtro para cada tarea que hacemos:
En esta imagen de la izquierda, vemos una persona concentrada en una actividad determinada. En amarillo/rojo vemos las zonas con más actividad y que son relevantes para la tarea que realizamos, mientras que en azul tenemos la red ventral que reduce su actividad para mantener el foco. En cambio, en la imagen de la derecha, ante una llamada de un compañero o algo inesperado, esta red ventral retoma su actividad (rojo/amarillo) para identificar hasta qué punto eso es relevante y poder cambiar el foco. En el multitasking, la red ventral se activa más frecuentemente, hay más actividad pero menos foco.
Yo estas redes las imagino como embudos, unos dentro de otros derivando de arriba hacia abajo aquello con lo que nos queremos quedar. ¿Qué pasa cuando en un embudo echas más líquido de la cuenta o echas dos cosas que no se pueden mezclar? Pues que se desbordan o se atascan. Seguramente has usado alguna vez esta expresión, tipo: Estoy desbordada o me he atascado. Pues con las tareas pasa lo mismo: si hacemos muchas a la vez, nos desbordamos y si mezclamos algunas que son muy distintas o incluso opuestas, nos atascamos.
¿Cómo salir de estas? ¡Viva el aguacate!
No te voy a decir que he tenido un momento de iluminación tipo Buda, pero el darme cuenta de la diarrea mental que tenía en la cabeza me ha hecho replantearme cosas. No sé cuánto me durará, porque soy de inercia fácil al multitasking y a decir que sí a meterme en todos los berenjenales que pueda, pero vaya… que te comparto mi plan para que no se te atasquen los embudos:
Fomentar la meditación, las respiraciones profundas y las visualizaciones de vaciado. Youtube es una fuente inagotable, ¡busca tu propia aventura! (Yo uso la aplicación Insight timer pero hay otras…)
Vomitar-se mentalmente con frecuencia mediante el ejercicio de escritura libre. Luego, no hace falta que lo leas ni que lo compartas con nadie. Quémalo si te parece, pero suelta ahí todo lo que tengas dentro.
Menos cabeza, más cuerpo. Baila, camina, vuelve a bailar. Cuerpo, cuerpo, cuerpo.
Come alimentos ricos en ácidos monoinsaturados (se encuentran en aguacate, olivas, frutos secos y aceites vegetales) porque refuerzan la actividad de la red de atención dorsal y ventral según este estudio realizado en Illinois. Y porque están ricos!!
¿Cuántas más personas multitasking hay por aquí?
Te deseo unas semanas llenas de poca actividad de tu red ventral y de mucho aguacate. Y por supuesto, ¡mucho Leré!